VACA LACTANTE

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domingo, 7 de marzo de 2010

SISTEMAS DE PASTOREO Y ROTACION DE POTREROS

INTRODUCCION

El pastoreo en agostaderos es una actividad común en

San Luis Potosí; sin embargo, debido al sobrepastoreo la

condición de los agostaderos ha ido deteriorándose gradualmente,

ocasionando la pérdida de los recursos forrajeros deseables y

promoviendo la invasión de plantas que para la ganadería son

indeseables, lo que se refleja en niveles de producción animal

cada vez más bajos y en la pérdida de suelo por erosión. Ante

esta situación, es necesario reconsiderar la forma como se utilizan

los agostaderos. El objetivo de esta publicación es difundir la

práctica del pastoreo rotacional de agostaderos con el fin de

mejorar la producción animal y conservar los recursos naturales.

¿QUE ES EL PASTOREO ROTACIONAL?

La rotación de potreros es un sistema de pastoreo basado

en alternar el uso con el descanso del agostadero, orientando las

estrategias para obtener la máxima producción animal por

hectárea, cuidando, al mismo tiempo, conservar los recursos

naturales.

El sistema aporta diversas ventajas, entre las que

destacan:

· Permite que la vegetación pase por un período de

recuperación entre ciclos de pastoreo.

· Al pastorearse los potreros en diferente época del año cada

vez, se promueve la producción de semilla y la resiembra

natural, lo cual estimula la producción de forraje.

· Se puede mantener la producción animal a través de los años.

· Se evita que el agostadero pierda gradualmente calidad, con

lo que se limitaría la producción ganadera.

¿CUAL ES LA BASE DEL PASTOREO ROTACIONAL?

El pastoreo rotacional permite controlar la carga animal y

se basa en:

· Dividir el agostadero en varios potreros.

· Respetar la Capacidad de Carga Animal recomendada para
cada potrero.
· Respetar el tiempo óptimo de permanencia del ganado en
cada potrero.

· Pastorear todo el hato o rebaño en un solo potrero a un
mismo tiempo.

¿CUAL ES LA IMPORTANCIA DE LA CARGA ANIMAL?

Se entiende por Carga Animal al número de animales que

pueden pastorear en un potrero sin afectar la productividad. La

Carga Óptima se define como aquella en la que la producción por

animal y por hectárea es máxima. Para lograr esto, es necesario

conjugar el pastoreo del máximo número de animales

conservando cada uno el máximo nivel de producción sostenible.

Esto es mostrado en la Figura 1, por dos curvas: la línea continua

representa la producción por animal y la línea punteada la

producción por hectárea. Mientras la producción animal alcanza

su máximo nivel con una carga animal baja, conservando este

nivel hasta un límite, por encima del cual comienza a descender,

la producción por hectárea es baja con cargas bajas, elevándose

en la medida en que se incrementa la carga animal, hasta

alcanzar un máximo con la carga animal óptima. A partir de este

punto, si se continúa aumentando el número de animales, la

producción comienza a descender, debido a que no alcanzan a

cubrir sus necesidades alimenticias y, en consecuencia, la

producción por hectárea disminuye también. El objetivo es

encontrar el punto en que la producción por hectárea sea máxima,

sin que se deteriore la condición del agostadero, es decir, la carga

animal óptima.

Figura 1. Relación entre carga animal y producción animal por

hectárea.

¿QUE PASOS SE DEBEN SEGUIR PARA DISEÑAR UN

SISTEMA DE ROTACION DE POTREROS?

Antes de proceder a diseñar el esquema de pastoreo es
necesario:
1. Circular el agostadero.

2. Determinar el número de potreros en que se dividirá el
agostadero.

El número de potreros en que se debe dividir un

agostadero depende de las características particulares de los
distintos sitios.

Aunque el número mínimo de potreros para implementar

un sistema rotacional es de dos, en general, mientras mayor

número de potreros, el control del pastoreo es mejor, pero el costo

también se eleva.

3. Determinar la capacidad de carga de cada potrero.

Como la capacidad de carga de cada uno de los sitios o

potreros puede variar en función al tamaño y a las condiciones del

sitio, es necesario conocer la cantidad de Unidades Animal que se

pueden mantener en cada uno. Para ello, es necesario conocer el

Coeficiente de Agostadero y el Tamaño del Agostadero.

Coeficiente de Agostadero: Éste es un término que se refiere a la

capacidad forrajera de un agostadero y se expresa como el

número de hectáreas necesarias para mantener una Unidad

Animal (UA) durante un año (has/UA/año) (Una UA equivale al

consumo de 4.93 Ton. de forraje seco al año). La Comisión

Técnico Consultiva para la Determinación de los Coeficientes de

Agostadero (COTECOCA, SAGARPA), tiene una relación de los

coeficientes de agostaderos de los distintos sitios, los cuales

pueden ser consultados para estimar la capacidad de carga.

Estimación de la Capacidad de Carga: Una vez que se conoce el

coeficiente de agostadero del rancho, simplemente se dividen el

número de hectáreas de cada potrero entre este coeficiente. Así,

si en un rancho se tiene un Coeficiente de Agostadero de 24

hectáreas por Unidad Animal, se asume que se requieren 24

hectáreas para mantener una UA durante un año. Si, por ejemplo,

un potrero cuenta con 175 hectáreas, bastará dividir esta cantidad

entre 24 para obtener la Capacidad de Carga del potrero, es decir,

7.29 UA, que equivalen a 7 bovinos adultos ó 42 ovinos o

caprinos.

4. Determinar el tiempo óptimo de pastoreo de cada uno.

Rara vez los potreros poseen la misma capacidad de

carga, sin embargo, la cantidad de ganado en un rancho

permanece más o menos estable. Esto obliga a compensar las

distintas capacidades de carga con diferentes tiempos de

pastoreo. De esta forma, los potreros

BREVE RECUENTO DE LA HISTORIA DE LA CRIA DE GANADO

Un proceso esencial en la historia de las sociedades fue el paso de una economía de recolección (caza, recolección y pesca) a una economía de producción voluntaria de ciertas plantas y de ciertos animales. En un número restringido de lugares de la Tierra, ciertas sociedades, sometidas a tensiones particulares, inventaron el dominio de la reproducción de especies vegetales y animales. Para asegurar sus necesidades de alimento, cuero, huesos, y otros productos, las primitivas sociedades cazadoras-recolectoras debían seguir las migraciones de los grandes rebaños de bóvidos, cérvidos y otros animales. Hace unos 10.000 años los seres humanos del neolítico descubrieron que capturar animales, domesticarlos y mantenerlos vivos para utilizarlos cuando fuera preciso, les permitía reducir la incertidumbre que, en relación con las posibilidades de alimentación, les suponía el hecho de tener que depender de la caza. El proceso debió constar de un periodo de predomesticación en el que, en un primer momento, los seres humanos habituaron a sus presas a su presencia mientras las seguían en sus búsquedas de alimento para, posteriormente, irlas reteniendo; esto supuso que ellos mismos tenían que encargarse de suministrar alimento a los animales. Así, consiguieron domesticar varias especies, encargándose de mover los rebaños de unas zonas de pasto a otras, emulando los movimientos naturales de los mismos, pero ahora bajo su control. Este sedentarismo estuvo unido al nacimiento de las prácticas agrícolas, que ligaban al hombre a la tierra y que, además, permitían el cultivo de forraje para los animales. De ese modo, cuando el hombre inició la domesticación de animales herbívoros como vacas, ovejas, cabras y abandonó la caza y la recolección de frutos, nació la ganadería, durante el neolítico y, muy probablemente, al mismo tiempo que la agricultura, Estos animales como el ganado vacuno sirvieron, además de proporcionar carne, como animales de carga de mercancías, tiro del arado, suministro de pieles y, más tarde, de leche y derivados. El estiércol acumulado en los establos, estabulados y cuadras, debe haber servido de abono para los primeros cultivos. La domesticación de animales permitió también utilizarlos para realizar trabajos agrícolas o transportar cargas. Además, los restos de las cosechas que no eran utilizables en la alimentación humana podían aprovecharse como alimento para el ganado.[2] La agricultura y la ganadería permitieron a las poblaciones humanas conseguir una mayor certidumbre respecto a sus posibilidades de sustento, así como reducir el esfuerzo en obtenerlo, lo que posibilitó un mayor desarrollo cultural, ya que el ser humano podía entonces empezar a disponer de más tiempo para la creación intelectual. En este sentido, parece que el desarrollo de la ganadería tuvo lugar en Oriente Próximo, precisamente en zonas donde, a su vez, el desarrollo cultural fue más intenso y temprano. A partir de esos lugares se difundió esta nueva relación con la naturaleza, ya sea que las sociedades convertidas en sociedades de agricultores y/o de pastores se fueron expandiendo (en gran parte gracias al potencial demográfico que su nuevo modo de producción, de alimentación y de materias primas permitía), ya sea que sociedades vecinas, todavía paleolíticas, hayan adoptado, por su propia voluntad o por la fuerza, este nuevo modo de vida. El término "neolitización" para designar a este proceso de domesticación, deriva de "Neolítico" o Edad de la Piedra Pulida, palabra inventada por los prehistoriadores del siglo XIX para caracterizar el tipo más reciente, en Europa, de industria prehistórica (de producción de instrumentos de piedra), justo antes de la Edad de los Metales.